Especial Juegos de nuestra vida (parte 14): ¡EXPÓN TU JUEGO!

Buenas Ferreras!
Un año más, aquí estamos. Este año traigo un juego bastante habitual, pero espero que mis vivencias os entretengan.
He escogido FFVII. Este fue el juego de mi vida, creo que el que más me obsesionó. No había jugado nunca y sólo había probado un juego por turnos pero, leyendo análisis y viendo imágenes, yo ya le decia a mi mejor amigo Adri que este era el juego que más me iba a gustar. Un día, en clase de informática, vi la portada de la Micromania dedicada a él y ya me quedé con el runrun. Tiempo después, me sentaba con Adri en las escaleras de la casa de mi abuela a leer el análisis. Sabéis la lucha contra Rufus en la azotea? Seguro que Vic recuerda perfectamente la cámara de ese combate, desde detrás y con un poco de picado hacia arriba. Yo veía una y otra vez esa imagen y alucinaba. Es que no necesitaba más. ¿Cómo se podía molar tanto? Decir que yo nunca tuve este juego. No fue hasta el verano de 2001 cuando pude jugar de verdad. Mi amigo Barreiro me prestó su PS con el juego y yo le dejé mi N64. Menudo vicio. Yo no farmeaba, no sabía ni lo que era eso, así que llegué a Sephiroth con nivel 46 (me hice un Gaspi total) y sin la materia de romper barreras. Ni podía ni soñar con ganarle. Cuantos puñetazos de frustración se llevó mi sofá... Menuda ira... Devolví la consola sin terminarlo.
No sería hasta 2005, ya con un PC, cuando lo jugué y terminé emulado. Muchas partidas le he dedicado desde entonces.
Me gustaría decir que este es un juego alrededor del cual hay mucho cinismo hoy en día. Fue el juego favorito de más de una generación, pero ahora es un juego al que muchos que lo disfrutaron les encanta despreciar. De verdad, no hagáis eso. Ya sabemos que no es perfecto, que tiene muchos arquetipos de los JRPG clásicos. No hace falta decir ahora, que ya hemos madurado, que no es tan bueno. Probablemente, no volveremos a sentirnos, por mucho que un juego nos encante, como siendo Cloud persiguiendo a Sephiroth y salvando el mundo. Los sentimientos que provoca la música de Uematso va a ser difícil vivirlos con otra BSO y el amor por esos personajes es complicado que nos lo transmitan con la misma intensidad, tras tantos juegos y años jugados, otros juegos de este género u otros.
Si os gustó FFVII queredlo, apreciadlo y no lo despreciéis ahora por postureo.

Abrazo a todos!

Hola amigos del complejo Lambda, primero les deseo qué pasen unas buenas vacaciones y esperando con ansias el inicio de la próxima temporada. 
Segundo y no menos importante, permítanme hablarles de uno de los juegos de mi vida.
Corría el ya muy lejano año 2000, en mi país era el último año con nuestra moneda local ya qué al año siguiente nos dolarizabamos. Pues bien en diciembre de ese año decidimos junto con mis hermanos "actualizar" nuestra videoconsola (sabíamos lo básico y desconocíamos qué al año siguiente habrían nuevas consolas). Pues bien después de pensarlo muy poco decidimos comprar una Nintendo 64 ,principalmente porqué queríamos jugar Killer Instinct.  Pues dicho y hecho compramos la N64 de segunda mano y nos costó 600 colones ( $60 USD aproximadamente), la consola no tenía juegos pero no importaba ya qué sabíamos dónde alquilaban. Ese fin de semana nos dirigimos al BlockBuster para alquilar tantos juegos como pudiéramos junto con alguna qué otra película.  Cuál fue nuestra sorpresa,  no habían juegos disponibles para el alquiler ,todos los qué seleccionamos , ninguno estaba disponible.  Nos sentimos fatal ya qué no podíamos "estrenar" la consola  pero entonces surgió el milagro,  encontramos 1 juego disponible,  nunca habíamos escuchado de él salvó por un detalle,  hacía no mucho se había estrenado una serie con el nombre de ese juego.  Cómo se habrán imaginado ese juego era Pokémon Stadium, ese fin de semana lo pasamos genial ya qué gracias a la serie teníamos una idea de cómo se tenía qué jugar. Ese videojuego fue tan significativo para mí qué en agosto del año siguiente lo vi en un estante y decidí comprarlo,  me costó $35 USD el muy cartucho sólo . Ese juego actualmente se cotiza entre los $5 ~ $10 USD. Pero pese a eso no me arrepiento de lo qué en su día pagué por el ya qué además fue el primero de mi pequeña colección y hasta el día de hoy cada cierto tiempo lo juego.   Un Saludo desde El Salvador.

Buenas señores lambdianos.

Como juego de nuestra vida, y más en esta época en la que estamos como es verano (soy más de team invierno), siempre me acuerdo de mi infancia, y en concreto cuando tenía 8/9 años creo recordar.

Ese verano, mis padre me compraron una Game boy color morada, y el que era el título del momento. De lo que todo el mundo hablaba, y no había lugar o rincón que no se hiciera eco de esta gran moda, los Pokémon. En este caso su versión azul.

Ese verano, aparte del pueblo en Salamanca, hicimos ruta por gran parte de España. Y allí donde teníamos parada, ( Galicia, Sevilla...) Siempre encontraba más niños de mi edad o similar, con una Gameboy y su respectivo Pokémon. Daba igual si fuera combatir o intercambio de Pokémon, pero gracias a este título, fue uno de los mejores veranos de mi vida.

Y por eso, cada verano, le vuelvo a dar una vuelta a la región.

Hola guapos.

Espero que Oscar siga esquivando a La Parca lo mejor que pueda (aunque los achaques indica que no huye muy bien de la señora guadaña), que Bono defienda a los buenos (o que saque mucha pasta defendiendo a los malos para gastarlo en las ediciones especiales), y que los F. BROTHERS sigan con su ascenso en el mundo de los videojuegos y comunicando su pasión como hasta ahora. Gaspar, por favor, compra un micrófono que se oiga bien o haz una colecta entre los oyentes para que te lo compremos, yo aporto tío.

Uno de los juegos de mi vida fue el Pacific Strike. Pacific Strike es un simulador de aviones de combate de MSDOS de ORIGIN ambientado en la guerra del pacífico en la Segunda Guerra Mundial. En aquella época tenía 13 o 14 años (creo que Óscar ya hacia años que inclinaba el codo). Para mí fue la hostia jugar a ese juego. Jugué en campaña y flipé en colores. No me enteraba prácticamente de nada y de aquellas, como sabréis, en España no había internet (sólo en las universidades donde los alumnos piratillas del club de informática le pasaban juegos a mi padre, que era profesor). Gracias a estos piratillas conseguí juegos como WarCraft, WarCraft 2, Tie-Fighter, Doom 2... y un sin fin de juegos.

Con ese juego todo era probar en plan ensayo y error. Era todo a palo seco porque estaba en inglés y yo de eso más bien poco. Así que había que tocar botones y ver si la cosa funcionaba. Aterrizar era una odisea porque había que usar los flaps, sacar el tren de aterrizaje, ir a los puntos indicados en el mapa y cumplir los objetivos que daban en el "briefing" y luego podías consultar presionando una tecla durante el juego.

Las balas eran limitadas, las bombas lo mismo, el combustible también se consumía y los daños dependían de donde te disparasen. Para ser un juego de 1994 estaba muy logrado. Podían matarte de un disparo (me refiero al piloto), o dejarle herido e ir dando tumbos hasta que llegases al portaviones o aterrizaras en alguna base de una isla. Podían fastidiarte el timón de cola, incendiarte un motor, reventarte completamente o hacerte perder combustible y tener que ir apurando el vuelo para llegar a salvo.

Cuando disparabas a los enemigos, a estos les pasaba lo mismo, podías ver cómo se les desprendían piezas del fuselaje mientras les disparabas y los combates aéreos y contra los barcos eran apasionantes. Tirar torpedos a los barcos (un torpedo, que no se podían llevar más) y acertar era muy emocionante. Los barcos, les pasaba lo mismo, tenía un nivel de daños que dependía de los impactos y estos se escoraban dependiendo de cómo estuvieran de afectados.

Los pilotos que lograban saltar en paracaídas, sacaban sus pistolas y si te acercabas a ellos te pegaban tiros. La verdad es que el nivel de detalle de jugabilidad era la hostia. Me sentía como un verdadero protagonista.

Además la campaña tenía progresión. Al principio te daban el avión equipado y según ibas ascendiendo en el juego podías elegir el armamento. Había distintos tipos de aviones, bombarderos, cazas, etc y si estos tenían torretas, podías situarte en primera persona en ellas para disparar a los enemigos.

A este juego jugaba con mi primo Pedro, que era de mi edad y le encantaban las películas bélicas de la Segunda Guerra Mundial y se sabía el nombre de los aviones americanos y japoneses y me comentaba datos curiosos sobre la contienda.

Fui muy feliz viviendo en primera persona las batallas y, me quedé jodido -ALERTA SPOILER- cuando el wingman del protagonista -un tío como graciosete apodado "Jester"- la palma en campaña. Precisamente, que todo estuviera tan bien integrado, era lo que me hizo sentir como el protagonista de una película. Así hubo una vez que llegué al portaviones totalmente averiado -el avión no maniobraba casi nada-, otra vez llegué planeando sin combustible, otra sin potencia en el motor, y alguna vez tuve que hacer una segunda pasada para aterrizar en el portaviones porque no enganché el cable y me pasaba de frenada.

Al principio me tiraba minutos hasta llegar a las zonas de combate en el mapa, luego me di cuenta que había una tecla para hacer viaje rápido. Esta tecla no funcionaba cuando había enemigos cerca o las circunstancias hacían que tuvieras riesgo de colisión (como que el avión estuviera dañado). Además esa misma tecla servía para hacer un aterrizaje automático, pero para entonces, yo ya era un pro y me negaba a utilizarla para aterrizar. Podemos decir que este juego "me hizo un hombre" (y el Doom me hizo un machote).

Todo sin internet, sin manuales, sin ayudas de páginas web y en inglés, en una época donde tenías que instalar los juegos a pelo -con comandos-, y a veces gestionar el archivo "config.sys" para intentar que hubiera memoria suficiente para que el juego no se petara. La única ayuda eran los amigos que si tenían el juego y descubrían cosas, compartíamos la información como si hubiéramos hecho un descubrimiento científico que cambiaría a la humanidad.

¡Qué buenos tiempos los del 486 a 66Mhz!

Pd: El día que dejéis de hacer el programa, o el día que Gaspar no proteste por hacerlo, me muero (lo que pase primero).

Con amor, Edu.

Hola, amigos

Nada, toca ser breve. Voy a hablar de Horizon Zero Dawn. En verdad, no lo pondría en mi TOP 50 pero guardo un bonito recuerdo con él, y es que lo adquirí en una de las primeras citas que tuve con la que es ahora mi esposa.

Estábamos paseando por el centro y yo le comenté que quería comprarme el juego porque estaba bastante hypeado pero que no estaba seguro del todo. Ella me dijo: "Ok, lanza una moneda y si sale cara lo compramos". Las primeras veces salió cruz y ella me obligó a seguir tirando hasta que se forzó el resultado positivo

Después de cenar volvimos a casa a probarlo y recuerdo que ella se quedó dormida mientras yo me quedaba luchando contra las máquinas hasta las tantas. Una gran noche.

Años después seguimos manteniendo esta costumbre de jugar en el salón mientras ella me aconseja sobre el camino a seguir o me pregunta dudas sobre la historia del juego, compartiendo la experiencia. Espero que sea algo que podamos seguir haciendo por mucho tiempo.

Y hasta aquí mi historia, pasad unas geniales vacaciones y nos vemos a la vuelta.

Buenas noches, complejo!!
Tras algunos años escuchándoos me he animado a salir de las sombras y contaros cuál es uno de los juegos de mi vida y la historia que hay detrás, una historia llena de alegrías y algún llanto en portugués.

Dejando de lado muchas horas viendo a mis hermanos mayores jugar sin poder catar mando, mi primer contacto con los videojuegos vino de la mano de una Game Boy Color rosa chillón. La consola se la encontró mi tía dentro de un avión en el aeropuerto mientras limpiaban después de que hubieran bajado todos los pasajeros, y ya que había sido abandonada decidió regalársela a su sobrina de 7 años. La consola venía con un juego dentro, el Pokemon azul, y una vez fui a empezar a jugar con toda la ilusión del mundo... ¡SORPRESA! El profesor Oak me estaba hablando en portugués. Pero no pasaba nada, lo importante era capturar a todos los pokemon, vinieran de donde vinieran.

La segunda sorpresa vino al guardar y querer continuar la aventura al día siguiente, ya que la partida había desaparecido completamente. Así que el verdadero reto ya no era el idioma, era conseguir pasar el juego del tirón antes de que se acabaran las pilas de la consola, algo que por supuesto intenté muchos de los largos días de las vacaciones de verano y nunca conseguí. Pero no me cansaba de empezarlo, aquella era mi primera consola con mi primer juego, y la ilusión no se perdía. No tuve la oportunidad de comprar muchas toallas, pero sí de hablar muchas veces con aquella Misty con bigote, y todo mereció mucho la pena! Lo siento en el alma por la niña portuguesa y espero que le compraran otra Game Boy de vuelta a casa.

Este es mi pequeño granito de arena al programa, pero muchas muchas gracias a vosotros por acompañarnos todas las semanas y disfrutad mucho de las merecidas vacaciones! Nos escuchamos a la vuelta

¡Buenas noches!  

Uno de los juegos de mi vida es el Masters of Combat. Se trataba de un título de lucha diseñado en 1993 por la compañía nipona SIMS Corporation Limited, y exclusivo para Master System.

¿Y cómo llegó a mis manos? Pues recuerdo que una tarde de 1994 estaba en el centro comercial PRYCA de El Prat de Llobregat (Barcelona) con mis padres. Pese a que no era mi cumpleaños ni nada parecido, mis progenitores por lo visto estarían de buenas porque accedieron a que pudiera comprarme el juego que quisiera para mi recién estrenada consola. Y enseguida me llamó la atención la espectacular portada del Masters of Combat. Las capturas que aparecían al dorso también eran muy prometedoras. Por supuesto, y como pasaba mucho por aquella época, desconocía del todo la existencia de dicho título.

Por aquel entonces yo ya estaba flipado con los juegos de lucha, aunque hasta aquel momento sólo los podía disfrutar en recreativas. Había esperado en vano, por ejemplo, una versión de Street Fighter II para mi otro sistema –el Amstrad CPC- que nunca llegó a publicarse pese a estar anunciada. Así que la idea de poder jugar a un título de lucha en formato doméstico me hacía muchísima ilusión.

Y cuando llegué a casa y lo probé... Masters of Combat no decepcionaba para nada. Se trataba de un juego que llevaba al límite la consola. Era muy colorido, con personajes muy bien diseñados y con técnicas diferentes. Podíamos controlar a un ninja, un luchador con guantes eléctricos, un peso pesado especialista en lucha libre y un cyborg con extremidades extensibles. Los fondos lucían muy bien y estaban animados. El framerate era notable, se trataba de un juego muy rápido en sus movimientos y en la velocidad de respuesta a los controles.

El único aspecto negativo de Masters of Combat era que debido a las limitaciones de memoria sólo podías elegir entre estos 4 personajes que he descrito (además de sus versiones cambiadas de color o “sombras”). Aunque al completar la historia descubrí, para mi sorpresa, que había un personaje oculto... Y esa revelación supuso con el tiempo el principio del fin de mi consola.

Efectivamente, al final de la historia se descubría que el alcalde de la ciudad en la que acontecía el torneo de lucha en realidad era el malo. Así que pasabas a combatir contra él, que aprovechaba para desvelar su terrorífico aspecto real: se trataba de un extraterrestre con gran influencia a nivel de diseño de los xenomorfos de la saga Alien.

Y lo mejor es que una vez habías completado el juego te dejaban controlar al malo. Era una pasada, podías hacer cosas tan guays con él como subir por las paredes y saltar desde el techo para atacar. El problema era que si iniciabas el juego en otro momento, no te permitía seleccionar de nuevo a este monstruoso personaje.

En ese momento yo estaba muy decepcionado e indignado. ¡Quería controlar cuando quisiera al extraterrestre molón! Y fue entonces cuando no sé de dónde me vino la desafortunada idea de pensar que si movía arriba y abajo el cartucho insertado mientras cargaba y aparecía el logo de SEGA, el personaje del monstruo aparecería seleccionable desde el inicio.

Lo gracioso es que a veces el método funcionaba, y sí que aparecía este personaje seleccionable de inicio. O eso creía yo. Nunca he podido comprender a qué se debía... Seguramente a algún otro proceso o secuencia de acontecimientos que en aquel momento no alcanzaba a comprender.

Y el problema a la larga fue que de tanto menear el cartucho acabé perjudicando la ranura de inserción de la Master System II. Empezó a fallarme, de tal manera que la consola no me leía ninguno de mis juegos. Así que con el tiempo acabé deshaciéndome de la consola y toda mi colección de títulos... Decisión de la que siempre me arrepentiré.

Casi 30 años después sigo echando mucho de menos a mi Master System II y a juegos tan buenos como Masters of Combat, por el que tengo entendido que hoy en día se paga bastante dinero en el mercado de segunda mano. Y todo por mi mala cabeza, por inventarme un “Truco del Almendruco” que se cargó uno de los hardwares de videojuegos que más he disfrutado en mi larga trayectoria videojueguil.

Felicidades por otra magnífica temporada, y buen verano para todos los lambdianos y lambdianas  

Buenas Complejo!

El año pasado os escribí acerca del Donkey Kong Land de Gameboy y de como me ayudo a sobrellevar el que me perdiese la generación de los 16 bits.

La verdad es que no volví a tocar un juego protagonizado por los monos prerrenderizados hasta 15 años más tarde.

Era mi último año en la universidad, me quedaba una asignatura para la convocatoria extraordinaria de enero. Volví a casa de mis padres y fue una época complicada. Dejaba atrás los locos años universitarios y volvía a la habitación de mi infancia y adolescencia después de que pasasen más años de los que estoy dispuesto a reconocer. Pasé de estudiar en una biblioteca universitaria, con compañeros que pasaban por las mismas penurias que yo, a tener que estudiar solo en mi antiguo cuarto, rodeado de las bufandas del celta y posters de songoku que conservaba desde niño.

Entre las sesiones de estudio ya no había descansos con colegas en los que consumíamos sustancias fumables. Fue un poco duro. Pero entonces me acordé de los primos lejanos del Mono Kazoide. El plan no tenía fisuras: emulador y Donkey Kong Country. Esta vez el guay, el de la super, el de la generación que mis padres me negaron en su día. Ya no había sustancias fumables en los descansos de la jornada estudiantil; había plátanos, simios y diversión a raudales.

En un par de meses reventé el examen y conseguí ser veterinario por fin. Parte de ese éxito se lo debo a esos primates en 2D que fueron mis compañeros en un momento un tanto extraño de mi vida. Varios años más tarde volvería a usar esta estrategia en otra situación clave de mi existencia, pero eso ya es otra historia...

Buenas noches complejo!

Gracias a esta prórroga de una semana para el especial, he llegado a tiempo de no perderme mi cita anual con el foro :-)

Voy a hablaros de un juego cuya temática está de moda de nuevo este verano (y yo que me alegro): uno de las tortugas ninja, y más concretamente de su primera aparición en mi querida Game Boy, el Fall of the Foot Clan.

Realmente no tengo una anécdota puntual sobre este juego, pero guardo un gran recuerdo de él y las horas y horas que le tuve que hechar de pequeño. Pasarme sus 5 fases sin guardado (ya que el cartucho no tenia pila), fue una proeza para mi yo de poco más de 7 u 8 años. Me vienen a la cabeza las tardes en casa de mi abuela con el bocadillo de la merienda y jugando al juego de las tortugas. En esa época yo era un fan acérrimo de la serie, las pelis, los cromos de panini y los de danone… todo lo que saliera de las tortugas, y este juego no podia faltar. Es curioso que no recuerdo como llegó a mi (supongo que me lo comprarían mis padres), pero tengo grabado a fuego sus fases, su música, los enemigos…  Desde hace unos años lo suelo jugar de vez en cuando y me dura poco más de media hora. En su época me parecía larguísimo y difícil.

Por último quiero comentar que este juego fue el que me metió el gusanillo de coleccionar juegos de Game Boy hace un par de años, cuando mi mujer me lo regaló de nuevo tras oir mis lamentos muchas veces de la pena que me daba haber perdido mis juegos de mi ladrillo portatil preferido. Ya sabeis, “voy a comprarme solo los que tenía de pequeño”, y ya no puedes parar de comprar cartuchos de Game Boy.  Y a modo de “que hemos aprendido hoy”, este juego (y sobre todo sus secuelas) me han enseñado lo que es la maldita especulación en el mundo retro, la cual nos jode a los que de verdad amamos los videojuegos y queremos hacernos con esos juegos a los que viciabamos de pequeños.

Gracias por una temporada más y larga vida a las tortugas! Cowabunga!

Buenas noches gente del complejo, ante todo, gracias por otra buena temporada.

Después de pensarlo mucho, mi juego de este año es Ace Attorney Justice for All, aunque cualquiera de los 3 primeros juegos de la saga podría valer.
El motivo es que fue uno de los juegos que me volvió a enganchar a esta afición. Durante mis años de instituto fui dejando de lado esto de los videojuegos y cuando empecé la universidad hacía tiempo que no jugaba. En la facultad, compartía un piso con mi hermana mayor ya que estudiábamos lejos de casa y sólo podíamos volver en vacaciones.
En mi segundo año mi hermana me regaló por mi cumple la Nintendo DS con un juego, ya que sabía que de pequeño estaba enganchado. Para mí fue un retorno a la infancia y desde ese momento ya no he vuelto a dejar esta afición. Me metí más en el mundillo, buscando información y desde allí, al podcast de videojuegos, donde os conocí y os he seguido desde entonces, por lo menos 7 u 8 años.

Si he escogido este juego, no porque fuera mi favorito o el mejor desde mi punto de vista (que es el primero)sino porque guardo un buen recuerdo de él. Una noche del jueves, tras la cena, me decidí a continuar la partida del Justice for All (estaba en el último caso). La trama me tenía enganchado por la situación de cierto personaje (no lo voy a decir, para que si queda alguien sin jugar que lo haga) que no paré hasta acabarlo. Estuve cerca de 3 horas y terminé más allá de la una de la madrugada.

He jugado muchos juegos y algunos me he enganchado tanto o más pero nunca al extremo de jugar tanto seguido sin parar como en aquella ocasión. Por eso es uno de los juegos de mi vida. Actualmente no juego tanto pero a la semana procuro jugar una o 2 horas como mínimo.

Me despido esperando que paséis un buen verano y nos vemos a la vuelta.

Buenas tardes/noches

Llego casi en sobre la vocina pero espero entrar,

Este año voy a elegir un juego, que sin ser uno de mis preferidos, es un juego de mi vida por con quien lo he compartido

Hablo del Minecraft. y me explico. Yo me llevo bastantes años con mis hermanos (14 y 16 años) y quiero pensar que les he introducido yo un poquito en el mundo de videojuegos que tantas horas nos da

Pues rondaba yo casi la treintena, tendría el mayor 14-16 años y me vino un día y me dijo, tienes que probar un juego que es muy divertido, es un mundo de explorar hay que construir está muy bien. Según lo vi dije va, asi de pixelado vaya basura de juego, es una mierda, etc. Me resistí unas semanas pero al final lo compré, total eran 5€ por aquel entonces. Madre mía que enganchón nos pillamos, jugabamos siempre en mundo colaborativos, al principio sin monstruos, haciendonos mapas, buscando cuevas, me acuerdo muchisimo de decirnos he encontrado una cueva en no se donde, luego en modo supervivencia, era genial, jugamos primero los 3, se unio exporadicamente más adepante la que es ahora mi mujer, y otros amigos. Desde entonces hemos jugado muchisimas veces todos juntos en servidores que ibamos montando, la última hace unos meses y volviendo a recorrer ese mundo, que está tan igual y tan cambiado. No puedo dejar de pensar en aquel día, en el recibidor de mi casa de mis padres, diciendole que era una mierda de juego que se veía falta, y luego el tiempo que le dedicamos, lo que nos perdimos los tres juntos por aquellos mundos. Vamos lo que es un Juego de mi vida, y creo que el de mis hermanos también

Me despido con un saludo, felicitandoos por esta fantastica temporada, cada vez mejor. Y deseandoos un feliz verano.

Muy buenas chicos,es la primera vez que os escribo aunque os sigo desde hace ya algunos años,y que mejor ocasion que mi especial favorito para empezar a hacerlo.
El juego del que quiero hablar es el ronaldo v football para ps1,no recuerdo quien fue el iluminado de mi familia al que se le ocurrio regalarme semejante mierda pero la verdad que acabe cogiendole el gusto y acabo hasta gustandome.
Pues bien,corria el verano del 2000,yo por aquel entonces tenía 12 años y mi hermano uno menos que yo,los piques con el y con otros amigos llegaron a ser epicos en este juego.
Una de esas veces,en la que solo estabamos jugando yo y mi hermano,habia en casa algunos amigos de mis padres,que se dedicaban a vernos jugar y comentar jugadas,lo que aumentaba la tensión,pues bien después de un epico partido en el que llegamos empatados al final ,vamos a la tanda de penaltis,cuando me tocaba lanzar el último con el que podria conseguir la victoria,mi hermano me pulsó varios botones de mi mando y acabé mandandola fuera y el ganando el partido,yo tire el mando y empezé a darle hostias y el a mí,mientras mi padre y sus amigos nos animaban,hasta que entró mi madre al salón al escuchar tanto alboroto y chancla en mano y cual antidisturbios, acabó con la reyerta,mi padre al verla entrar empezo a regañarnos,pero el cabron instantes antes bien que animaba la pelea
Bueno pues este es mi homenaje a este juego al que me costó pillarle el gusto pero que acabo siendo uno de mis preferidos por aquel entonces, muchas gracias y seguid asi chicos.

Buenas noches!

No se si llego a tiempo porque estoy posteando sobre la bocina! Mil disculpas!

Al lío, soy David Marqueño (por si no me reconocéis por el nick , reconozco que el foro solo lo uso para votar la encuesta, lo siento Oscar) y vengo a hablaros de un juego conocido por todos, A link to the past pero en su versión GBA, concretamente la aventura de Four Swords y el motivo por el que es uno de los juegos de mi vida.

Era el verano de 2003, y con nivel 18 por esa época, yo y tres amigos decidimos irnos una semanita de vacaciones a un bungalow de playa, iba a ser la semana de fiesta de nuestras vidas! y en parte lo fue.. pero no como creíamos inicialmente. En ese viaje, cada uno de nosotros se llevó su GameBoy Advance, su copia de A link to the past y un cable link, al final esa se convertiria en la verdadera fiesta!

La experiencia de pasarnos esa semana Four Swords entre cuatro amigos, juntos, codo con codo, fue uno de los mejores momentos que he vivido como videojugador, y guardo con especial cariño el enfrentamiento con uno de los enemigos habituales de la saga Zelda, Manhandla, un enemigo que tenia 4 cabezas una de cada color. Flipamos mucho al descubrir que cada uno de nosotros veía una cabeza de color diferente y que para derrotarle, tenia que golpearla el link de su mismo color, por tanto, teníamos que ir hablando entre nosotros y avisando que color íbamos viendo y en que posición, en plan "Verde en la cabeza de abajo, corre!!!"   Fue un momento muy épico que recuerdo con mucho cariño y quería traerlo al especial

No me alargo mas, me despido dando las gracias a todos por una temporada mas! Os queremos!

PD: también jugamos a Advance Wars, pero esa es otra historia.

Muy buenas noches,

Un poquito con calzador entra mi juego de nuestra vida pero me apetecía pasar a saludar y agradecer a todo el equipo por el programa. Conocí el podcast a finales de 2018 y muy agradecido de que sigáis en la pelea después de ya casi 15 años.

Y bien. Como es el primer juego que me acabo en la Steam Deck y estoy con esa tonta excitación de acabármelo de pasar hace un rato echándole casi 75 horas, vamos a incluir Code Vein entre los juegos de mi vida. Para el que le guste algo souls pero se desespere con el nivel de dificultad, no tenga problemas con un poquito de fan service, y sea algo comprensivo con alguna caída de frames y otro fallitos, yo se lo recomiendo. Unos 4 jefes me dieron algo de guerra y creo que ninguno pasó de 10 intentos, algo razonable.

Lo dicho. Un abrazo de oso, cuídenseme.