especial juegos de nuestra vida

hola gente del complejo lamba, no se si llegara mi post a tiempo, pero es lo que tiene decidirse tan tarde así que si no se lee en directo lo comprenderé, al igual que puede que ni llegue a escuchar el programa en directo, los viernes por la tarde/noche las cervezas son obligatorias para mi organismo, basta de tonterías xD y vamos allá:

-uno de mis juegos de mi vida que voy a decir es HORIZON ZERO DAWN, se que no es muy viejo, pero es el juego que a dia de hoy sentenciara la PS4 como la mejor consola a la que he llegado a jugar a día de hoy, y para que me comprendáis y no me tachéis de flipado os comentare porque, al igual que seguramente muchos, yo fui de los primeros que cuando se presento ps4 pro por primera vez sentía cierta mosca en la oreja a preocupación, recuerdo como la mayoría de las veces que mostraban su potencia siempre se hacia con el horizon, y yo empece a preocuparme por temas como ¿la versión de ps4 normal sera una versión bastarda? ¿puede que mi ps4 comprada el 29 de noviembre de 2013 le quede poco tiempo?

pasaba el tiempo y llegan las primeras reacciones de la prensa y muchos coincidían que el ps4 pro se veía muy bien y que si en la normal que si fallos de rendimiento, que si bugs, etc... y recuerdo dudar mucho de si comprar de salida dicho juego, ultimas review y nada cambiaba, pero decidí una semana antes de su salida tener un acto de fe y reservarlo ademas en una edición deluxe, y cuando lo jugué por primera vez, no podía creerlo, me costo muchísimo asumir como coño mi ps4 comprada en 2013 podía mover horizon zero dawn tan bien, y sobretodo como se veía a nivel técnico y gráfico, por ejemplo mi primer combate con un aventador, fue toda la batalla, atacando al águila mientras que lo iba agarrando al suelo con el lanza-cuerdas, y ver ese espectáculo de el animal gritando, y viendo como arrastraba todo con sus alas, es uno de los combates que siempre guardare en mi corazón.

las 3 historias del juego superaron mis expectativas por igual, la música, todo en general, en mi vida he visto un juego rendir al 100% en todos sus aspectos, pero lo mas importante, desde que termine horizon zero dawn, me dije a mi mismo, fuck you ps4 pro y xbox one x, necesito saber cual es el limite de esta consola, y por eso a día de hoy sigo con mi ps4 normal esperando a que me sorprenda, y creo que lo hará con THE LAST OF US 2.

Es curioso como los videojuegos son, en muchas ocasiones, cápsulas del tiempo que nos recuerdan retazos perdidos de hace 30-40 años. En mi caso uno de esos juegos era el mencionado en el titulo.
Ya os he escuchado hablar de él en un especial de arcades. Oscar lo definía como "un juego hecho para que mueras constantemente", en fin, muy cierto, pero pasar del cementerio y vencer al gigante del final del bosque en la máquina fue una de las cosas que más se me ha quedado grabada a fuego en mi memoria, y no solo el juego en sí, sino el tiempo en el que iba a jugarlo, cómo era mi vida y lo que vi cuando me enfrenté a él por primera vez.
Era el año 1987, sí exactamente ese año, y lo sé porque tenía 13 años, a punto de cumplir 14. Es la magia de este juego lo que ha hecho posible que recuerde aquellos tiempos mejor de lo que recuerdo el fin de semana. Estaba en octavo y vino un compañero nuevo al colegio. No uno cualquiera, era mi vecino de enfrente, un amigo de toda la vida que venía de Badajoz. No solo iba al mismo colegio sino que iba a mi clase y nos pasabamos todo el día juntos. Él tenía dos pasiones, las chicas (se dejó dos o tres novias en su pueblo Llerena) y los arcades. Me preguntó si conocía un sitio donde hubiera en el barrio alguna sala de recreativos y yo recordaba uno, pero jamás en mi vida había entrado. Era un lugar infesto lleno de inmundicia del que salía humo y seguramente iba gente muy chunga y, la verdad, nunca se me pasó por la cabeza acercarme a un sitio así. Pero el dijo, ¿Por qué no entramos? Yo creo que me quedé dudando con cara de pringao, como cuando te dicen por primera vez que te subas a una atracción de montaña rusa en la que nunca te has atrevido a subir. Pero le dije que sí, con él no me daba tanto miedo.
Así que entré con él, por supuesto, detrás. Al abrirse las puertas mágicas que se abrían solas, fue como en la película de regreso al futuro, cuando Doc aparece de la nada y sale todo ese humo de dentro. Así fue ese día, el tabajo y la fetidez de la muchedumbre abrieron paso a ese lugar, mucho más pequeño de lo que imaginaba y con gente haciendo cola para las arcades que no podía ni ver por todos los que había delante. Eso no lo he vuelto a ver, ahora vas a un recreativo y las máquinas suelen estar vacías y ves gente por aquí y por allá. Como mucho un grupo en alguna multi, pero no ves colas, y menos desde el Covid.
Allí estaba yo, tratando de buscar una máquina en la que gastar mis dineros, cuatro monedas de cinco duros que me dieron al entregar mi paga semanal de cien pesetas en una cabina telefónica donde había un hombre con cara de mala uva que te daba el cambio.
Y solo vi una máquina vacía, quizás fue el destino, o puede que la gente prefiriera que su dinero durara algo más de medio minuto. Yo lo vi y me quedé mirando cómo el caballero disparaba a diestro y siniestro a los zombis. Pero no me atreví a jugarlo, parecía muy chungo. Entonces Manolo, mi amigo, me dijo: "¡Ghost'n Gobins!", me encanta esta máquina, en mi pueblo tengo el record.
Sin pensarlo dos veces echó su moneda y jugó. Estuvo bastante rato y al ver que jugaba tan bien otros chicos se nos fueron pegando a ver cómo lo hacía. Pero llegó al demonio rojo y le mató. Otra vida, hizo aparecer al diablillo de las lápidas y la gente flipando, no sabían el truco de disparar varias veces. Y le convirtieron en rana. Saltó a un par de zombis y volvió a ser caballero en seguida, luego llegó al demonio rojo y le venció. Pasó al bosque y la multitud nos empujaba. Se escuchaba "yo quiero ver". Recuerdo que parecía un super heroe con la palanca, disparando a zombis y pájaros dándose la vuelta con estilo para acabar con los de su espalda y me dije: "Ojalá yo pudiera manejarlo así". Pero llegó al gigante del final del bosque y de un bolazo de fuego acabó con su partida.
Hizo el primer puesto y no recuerdo su puntuación. En cuanto terminó quería jugar yo pero la gente se peleaba y no pude estrenarla tan pronto como deseaba. Los demás morían sin llegar siquiera al demonio rojo. Al fin me llegó el turno, estaba nervioso, todos miraban. Y en cuanto moví a Sir Arthur, me salió un Zombi de los pies y me quitó la armadura, luego me lie al disparar y salté cayendo encima de otro. Primera vida. La segunda ya tenía controlado el salto y el disparo pero no llegué ni a la escalera. La última vida logré matar a la planta de arriba, estaba aguantando. Incluso fui a la tumba a la que disparó Manolo e hice aparecer al diablillo vestido de traje. No pude matarlo, me transformó en rana y el primer zombi que pasó acabó con mi intento.
Allí no había forma de continuar, era una partida por persona y le tocó a otro. De estar desierta, cuando nos fuimos era la máquina más cotizada. De hecho no la volví a ver vacía nunca más.
Ese año fue el primero que le pedí salir a una chica, por la inestimable ayuda de Manolo, experto en esas cosas. No fue mi primera novia porque nunca tuve valor de concretar con ella la cita... Pero eso es otra historia.
Acabo ya, repitiendo lo que dije al principio, los videojuegos (algunos) tienen la magia de envolver el momento en que los ves por primera vez y se enquistan en nuestra memoria, ajenos al paso del tiempo.