Activision y Vivendi se unieron en el verano de 2008, con lo que se convirtió en una parte del coloso Activision Blizzard, poseyendo un 52 por ciento de las acciones; hace poco supimos que Vivendi quería vender su parte de la compañía debido a una deuda de algo más de 12.000 millones de dólares, pero ahora el grupo ha comprado su libertad y se ha separado del gigante francés por 8.200 millones de dólares.
Ahora Vivendi tiene un 12 por ciento de las acciones y Activision Blizzard, que sigue bajo el firme liderazgo de Bobby Kotick, puede decidir su propio futuro. El grupo comprará las acciones de Activision que todavía pertenecen a Vivendi, unos 429 millones a 13,60 dólares la acción. Kotick y Brian Kely, copresidente de la compañía, también comprarán a título personal 172 millones de acciones por algo más de 2.000 millones de dólares. Mal no lo están pasando, estos dos.
"Deberíamos emerger de esto incluso más fuertes," ha dicho Kotick sobre el proceso. "Las transacciones anunciadas hoy nos permitirán aprovechar los atractivos del mercado financiero mientras mantenemos más de 3.000 millones de liquidez que garantizarán nuestra estabilidad financiera."