Xenoblade Chronicles
Con más de un año de retraso con respecto del mercado japonés llega a nuestras tierras Xenoblade Chronicles para Wii, un JRPG que mezcla los turnos con la acción en tiempo real, un juego de notable embergadura y gran producción, llamado a ser el abanderado o uno de los abanderados de su género en la presente generación. Xenoblade es un juego de Monolith Soft, estudio detrás de franquicias como Baten kaitos para GC y Xenosaga para PS2, pero que antes de su fundación en 1999 gran parte de sus miembros ya participaron en juegos tan conocidos como Xenogears o Chrono Cross bajo el sello de Square soft, lo que deja a las claras... que son un equipo que conoce muy bien el género del rol japonés. Pero no fue el juego que tratamos hoy su primer acercamiento a Wii, ese fue Disaster Day of Crisis, y vaya si fué un desastre, un juego con un potencial enorme pero muy mal llevado a cabo. Afortunadamente y en todos los aspectos Xenoblade se encuentra en las antípodas de aquel juego. A pesar de su primer intento han demostrado que Nintendo tuvo en su día uno de sus grandes aciertos adquiriendo este estudio, ojalá veamos pronto lo que tienen o puedan tener ya entre manos.
Un poco de historia. En una tierra completamente vacía, dos entidades, dos dioses de descomunal tamaño lucharon durante cientos de años, estos dos dioses llamados Bionis y Mekonis combatieron hasta que un día Bionis cercenó el brazo a Mekonis y este en contrapartida devolvió el golpe hundiendo su espada en la cintura de Bionis, entonces su luz se apagó y así quedaron los dos, petrificados, inertes, aletargados en el tiempo, quizá cansados de su esterna lucha.
Entonces con el paso del tiempo y de alguna manera que se desconoce la vida empieza a surgir sobre sus restos, una de estas formas de vida es la raza humana que florece sobre el cuerpo de Bionis. En estos días vive una encarnizada guerra contra los mekón, su némesis, y raza que predomina en el cuerpo del otro gigante. El argumento gira en torno a Monado, una mística espada creada por el mismo Bionis y de poder desconocido. Su primer portador es Dunban, uno de los mejores guerreros de Colonia 9, ciudad de nuestros protagonistas, esta espada es el único arma capaz de penetrar la armadura de los mekón. En una de estas contínuas batallas los humanos sufren un verdadero revés y Dunban cae gravemente herido, a pesar de Monado la batalla se ha perdido y las bajas son numerosas. Un año después y sin tiempo para la recuperación del protagonista los mekón atacan la Colonia 9 y un joven llamado Shulk se ve obligado a usar a Monado para defender a la ciudad, hasta ahora solo Dunban había podido manejarla, no sin dificultad, pero este joven lo hace con soltura e incluso despierta nuevos poderes, parece que este nuevo portador ha nacido para manejar a Monado.
El argumento empieza con fuerza, pero más fuerza va cogiendo a medida que nos vamos metiendo en sus entrañas, un guión épico y con giros inesperados, sorpresas que nos incitan a seguir jugando, deseando que llegue el siguiente diálogo para saber más sobre este mundo y sus personajes. Estos quizá esten un poco estereotipádos, pero forman un gran elenco, con sus matices, sus personalidades... les acabas cogiendo cariño, incluso el personaje ñoño no lo es tanto, de forma ridícula pero tan profundo como cualquiera de los otros.
A nivel jugable la base está en la exploración y los combates. la primera toma de contacto es bastante abrumadora, un mundo enorme y muchas cosas por hacer, sobre todo misiones secundarias. Las hay de dos tipos mayoritariamente, matar un número determinado de enemigos o recoger una serie de objetos, y no siempre se cumplirán en las zonas donde las recogemos, pueden pasar tranquilamente diez horas de juego hasta poder completarlas. A pesar de no ser demasiado variadas, no resultan repetitívas por que se integran perfectamente en el ritmo de las misiones principales. Una de las grandes virtudes de Xenoblade es saber aprobechar hasta el máximo su enorme mapeado, además de que cada vez que descubrimos una nueva localización se nos compensa con experiencia, conseguimos objetos únicos para una especie de inventario, que compensa en cierta medida la carencia de bestiario. Cada escenario tiene su lista de objetos únicos y cada vez que completámos fila y página se nos premia con una gema para engarzar en nuestra equipación, (gemas que comentaré un poco más adelante) o también equipación.
Los combates son muy dinámicos, se desarrollan en tiempo real y sin transiciones. Tenemos de primero el golpe básico, que es automático, los golpes especiales que tienen cada uno su propio tiempo de regeneración y una magia final que se va recargando cada vez que se impacta en el enemigo con un golpe básico, en el caso de Monado, en vez de una magia final son varias las opciones que se nos dan, tanto de soporte como de ataque. A mayores hay una barra conjunta, una vez llena nos permite hacer un combo con los tres personajes.
Existe un vínculo emocional entre todos los personajes que aumenta a medida que van combatiendo juntos, por eso es conveniente ir rotándolos a todos. Durante los combates aparece un "QTE" que hace que mejore este vínculo, de nuestra pericia a la hora de realizarlo depende que crezca más rapidamente o más lentamente, otra forma de aumentarlo es dar nuestro apoyo en momentos puntuales, como revivir o dar soporte a nuestro aliado. Este factor social vale para dos cosas principalmente, la primera para potenciar nuestros ataques y habilidades y la segunda para descubrir conversaciones bloqueadas por todo el mapeado, conseguir la máxima afinidad entre todos los personajes requerirá de muchas horas.
Existe un minijuego en el que también influye este vínculo, la creación de gemas, las mismas que engarzámos en nuestra equipación. Se crean con objetos específicos que vamos encontrando en los distintos escenarios y pueden ser de cinco niveles, siendo el quinto el de más valor. Estas gemas tienen la propiedad de elevar nuestra fuerza, la defensa o aumentar los puntos de vida, así como hacernos más invulnerables a diferentes estados alterados, son bastante importantes para hacer más asequibles los combates.
En el aspecto técnico Xenoblade es un juego puntero dentro de las posibilidades de Wii, si bien es cierto que tiene algunos detalles feos, como pueden ser los rostros o las manos de los personajes o los dientes de sierra que inundan la pantalla, también hay que reconocerle su mérito a la hora de poner esos escenarios delante de nuestras narices y sin ningún tiempo de carga. Tanto personajes como localizaciones son ricos en detalles, las vestimentas, los enemigos, todo está muy cuidado, se nota que hay mucho trabajo detrás. A nivel de diseño, juega en otra liga, cada lugar que visitamos asombra más que el anterior y así sucesivamente, parajes bucólicos, sobrecojedores, inmensos o impactactes, hay que verlo para creerlo, deja en nosotros un sensación no haber visto jamás algo como eso.
El tema sonoro va acorde a lo comentado hasta ahora, se trata de una producción muy cuidada. La banda sonora es sencillamente espectacular, épica cuando tiene que serlo, melancólica cuando toca o cañera para los combates, hay temas que sobresalen sobre otros, como el principal, precioso. En cuanto al doblaje, tenemos dos opciones, inglés y japonés, siendo el segundo el de mayor calidad, los textos esos sí, completamente tarducidos al castellano.
A decir verdad, Xenoblade hereda gran parte del concepto de los MMO, mundo abierto con libertad para explorar, personalización total del equipo de los personajes, tanto a nivel funcional como visual, misiones secundarias para aburrir e integración del combate. Todo ello acompañado de una historia y unos personajes que convierten a este juego en una experiencia extraordinaria y uno de los referentes de su género, ya no solo de esta generación sino de siempre.